jueves, 21 de mayo de 2009

LABERINTO



Grito, grito por este sudor,
por mis poros que se ahogan,
por las rabias que me acechan;
grito porque es un placer gritar,
grito por la poesía y el verso
y por aquel que no se atrevió a amar.

Grito por la ausencia, por la marcha
y por el polvo del sendero,
grito por el que no quiso llorar,
grito por la presencia y el olvido,
grito por el que estuvo en el lecho
y por el que no supo estar.

Grito, grito por el nido
que en la endeble rama pudo empollar,
grito por el que se convierte en anciano,
por el que está preso
a pesar de su libertad.

Grito, grito por el niño
que tan sólo sabe jugar,
grito por los que se sienten jóvenes
... y grito, porque me hace bien gritar.

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